Yelapa y El Pay de Coco Que Tienes Que Probar

La belleza de la Costa Sur de la Bahía de Banderas, repleta de playas apartadas, pintorescos pueblitos y rincones mágicos que impresionan a todo aquel que los visita por primera vez (así como a los que regresan para redescubrir su magia), siempre resulta ser una aventura inolvidable. Entre sus fascinantes lugares a visitar se encuentra Yelapa, un tranquilo poblado costero enclavado en una mini bahía que está rodeada por la esplendorosa jungla, la cual se presenta como la postal perfecta del paraíso tropical y se alza como el sitio idóneo para todos aquellos que buscan escapar del ajetreo y encontrarse con la sencillez, sosiego y felicidad de la vida rústica en el mar.

Perteneciente al municipio de Cabo Corrientes y a unos 45 minutos por mar desde Puerto Vallarta, Yelapa es un precioso destino de playa que, por sus características naturales, actividades de entretenimiento, gastronomía y atmósfera relajada; representa para muchos un paraíso en la Tierra.

La histórica receta del Pie de Yelapa

Algunos afirman que el personal de un hotel de la zona, especialmente la esposa de uno de los encargados, elaboró unas tartas riquísimas en base a distintas frutas con las que contaba. El éxito total de esta receta hizo que Socorro, la mujer en cuestión, tuviera la brillante idea de trasmitirles los secretos de sus pays a las mujeres del lugar, para que ellas pudieran elaborarlos y venderlos en la playa logrando tener, de esta forma, un ingreso extra.

La mujer que se encuentra siempre bajo una sombrilla, con un gran recipiente de plástico sobre la cabeza, es Chelly. Ella es la reina de los Pays en Yelapa. Según afirma, su mamá le enseñó a hacerlos y fue esta mujer quien los inventó. La mamá de Chelly trabajaba en un hotel, este dato hace que la historia anterior, y ésta coincidan así que, seguramente, el origen de los pays se encuentra aquí.

Chelly Rodríguez se levanta todos los días a las cinco de la mañana para elaborar estos manjares y que los mismos estén bien fresquitos a la hora de vender. El sabor de cada porción es sensacional y, además, muy abundante. Cada una de ellas debe tener unos ocho centímetros por doce, como para que nadie se quede con hambre; aunque, una vez que pruebes uno, siempre vas a querer más porque son deliciosos.